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La Maldicion del boleto millonario

La Maldicion del boleto millonario
Si crees que el dinero trae la felicidad, entonces con lo que leerás a continuación, dicha idea se esfumara rápidamente de tus pensamientos. La verdad es que esta historia tiene que ver con el karma, así es, con esa noción que lo que haces mal en esta vida lo pagas en esta vida. Ponte cómodo y sigue leyendo un relato verídico, donde un boleto millonario se volvió toda una maldición.

La amistad que se rompio

Eran vecinos y amigos, uno era guardia de seguridad y el otro un desempleado, acogotado por las deudas. Un día, Mario Burgos, el guardia, luego de realizar unas compras en el supermercado de la comuna, es decir, unas cervezas, una caja de vino y un boleto de Kino, un sorteo que se lleva a cabo en Chile, donde existen suculentos y millonarios premios, regreso a su casa y en eso sintió que tocaban su puerta. Era su amigo, Rolando Fernandez, quien pasaba a pedirle prestado algo de dinero para poder tomar locomoción y así ir al centro.

Como acostumbraban, entablaron una conversación y en ello, Mario le muestra el boleto de Kino que había comprado hace instantes, asegurando que tenía una corazonada que con dicho boleto se haría millonario, su amigo se limito a sonreír, opinando que ojala fuesen ciertas sus palabras.

-Voy por el dinero y ya regreso…-...Le digo el guardia, y se dirigió a su pieza a buscar unas monedas que tenia sobre el velador. Oportunidad en que guardo el boleto en uno de sus cajones, luego fue a la sala, y le pidió a su amigo que lo esperara, que ya volvía, pues iría a cambiar un billete en monedas en el kiosko de la esquina.

Pasaron los días, y mientras viajaba en el metro, Mario, leyó en el diario, que su amigo, Rolando había ganado el Kino, cobrando más de mil millones de pesos en premio. No lo podía creer, tanta fortuna en alguien conocido. Pero algo no estaba bien, en especial cuando leyó que Rolando había comprado el boleto en un supermercado que él no solía concurrir, por su precaria situación económica.

Llego a su casa y corrió al velador, abrió el cajón y se dio cuenta que su boleto de kino no estaba, no le costó mucho dilucidar que su vecino en aquel momento en que lo dejo solo en su casa por unos minutos, había aprovechado en robar dicho pasaje a la fortuna.

Fue a hablar con él, exigirle la verdad, pero solo obtuvo amenazas. Recurrió a la justicia y entablo una demanda por robo. Pasaron nueve meses y las pruebas contra Rolando se sumaban en su contra. La hora en que fue comprado el boleto, las declaraciones de testigo, el hecho que la victima siempre jugaba a números que estaban contenidos en el boleto, todo eso fue pintando a negro el futuro del vecino acusado de robo. Pero sucedió lo inexplicable.

Un arreglo sorprendente

Se llego a un acuerdo, y el guardia recibió unos cuantos millones por no seguir con la demanda, este acepto, a pesar que pudo haber obtenido todo el premio de vuelta, un hecho inexplicable que aun se mantiene en el misterio. Quizás una amenaza, tal vez una sensación de quedar satisfecho con haber ganado algo, pero lo cierto, lo que recibió fue muy poco en comparación a la suma en cuestión. Sin embargo, la historia no acabaría aquí, y si bien Rolando se salvo de la cárcel y de perder sus millones, no se libraría en cambio, del karma o de lo que se conoció como la maldición del boleto millonario.

El comienzo de la maldicion

Había comprado varios autos último modelo, había remodelado su casa. Los tiempos pasados no volvieron y el vivir en la miseria ya eran recuerdos añejos para Rolando, pero la verdad, es que lo que menos obtuvo fue felicidad y tranquilidad.

A los meses después tuvo que sufrir el dolor de perder a un sobrino suyo, que murió en plena navidad, luego una de sus hijas, menor de edad quedo embarazada, y su hijo dejo embarazada a una vecina de tan solo 15 años.

Hechos lamentables que sus vecinos acusaban a la maldición que ahora le rondaba, pero lo peor vino cuando Roberto choco su camioneta, quedando con graves lesiones, que luego de un tiempo en el hospital, terminarían con su vida, por una falla multisistemica.

No pudo disfrutar del dinero como él pensaba, apenas la vida le dio tiempo para soportar muchas desgracias y más aun, finalmente, terminar de la peor manera.

Una historia que nos habla que la mejor manera de obrar, es por el lado de la decencia, del honor y del respeto por los demás. No hagas a los demás, lo que no quieres que te hagan a ti.